La disciplina positiva es una estrategia de crianza respetuosa y empática que fortalece la autoestima, las habilidades sociales y emocionales de los niños, fomentando un desarrollo sano y relaciones familiares armoniosas. Aunque presenta desafíos como superar modelos de crianza heredados y gestionar las propias emociones, su implementación mediante respeto mutuo, consecuencias naturales y comunicación efectiva, ofrece beneficios significativos. Con el apoyo de la comunidad, los padres pueden criar hijos seguros y emocionalmente inteligentes, promoviendo un ambiente de amor y confianza, esencial para su desarrollo y bienestar.